Hay destinos con un encanto especial que de una forma o de otra acaban siempre por despertar el interés de las personas. La Costa Brava es uno de esos escenarios con imán, capaces de cautivar a quienes la visitan alimentando en ellos las ganas de volver para seguir descubriéndola.
Y es que, los diferentes pueblos que conforman esta zona de Cataluña pueden presumir de una riqueza paisajística casi exclusiva. Un enclave privilegiado en el que los parques naturales, las playas y las calas han conseguido conquistar a multitud de viajeros de todo el mundo, aumentando el interés turístico de esta franja del litoral catalán.
En la parte situada más al sur de la provincia de Gerona se encuentra la primera parada obligada para quienes quieran conocer paso a paso las riquezas de este lugar. Blanes o el Portal de la Costa Brava, como también es conocido este municipio, es uno de los destinos que más curiosidad despierta gracias a unas playas de gran calidad y alguna de las calas, como es el caso de Cala Bona, que figuran en la lista de las más valoradas de toda Europa.
Cultura, naturaleza y unas vistas privilegiadas que convierten a Blanes en un destino ideal
Son muchos los que no han dudado en hacer las maletas y, ya sea por turismo o para pasar periodos más largos, han apostado por buscar un piso en Blanes para exprimir al máximo esta zona bañada por el mar. Una oportunidad única de disfrutar de la riqueza de un paisaje de costa único, además de para ser testigo de una cita de lo más atractiva como es el certamen de castillos de fuegos artificiales, que cada mes de julio celebra la localidad y que con su siglo de historia es un evento reconocido internacionalmente.
Otro de los puntos clave de este escenario es el Jardín Botánico de Marimurtra, un bien de interés nacional localizado en la montaña y con unas vistas incomparables al mar, en el que se dan cita más de cuatro mil especies diferentes de la más variada flora mediterránea.
“El Jardín de Marimurtra en Blanes es un escenario de gran belleza en el que la naturaleza y el color verde contrasta con el azul intenso de unas vistas de impacto al mar”
Con cerca de 214 kilómetros de extensión, que se prolongan hasta la frontera con Francia, la Costa Brava encierra puntos de gran belleza para los espíritus más aventureros y amantes de la naturaleza. Se trata de un espacio con multitud de zonas verdes protegidas para conseguir que este legado natural siga pasando de generación en generación.
Calas de ensueño y espacios protegidos que convierten a la Costa Brava en un lugar único
Dentro de estos pulmones “verdes” destaca el Parque Natural del Cap de Creus, un espacio situado entre varios pueblos populares como Cadaqués o Roses, en los que la belleza del mar y las especies naturales reclaman su protagonismo a partes iguales. Se trata, además de dos pueblos de tradición marinera que han conseguido vencer la batalla al paso de los años sin perder un ápice de su atractivo.
“La riqueza de las calas y los fondos marinos de esta zona la convierten en todo un reclamo para los amantes del buceo y los deportes acuáticos”
Los amantes del buceo tienen, además la posibilidad de disfrutar al máximo de su afición en calas a las que solo es posible acceder en barco y algunas otras, que por sus particularidades no se pueden dejar de visitar como es el caso de la cala Portaló en Cadaqués.
Pero la Costa Brava va muchos más allá de sus encantos naturales y su gran oferta deportiva, dejando un lugar destacado para la cultura y la historia. Y es que tanto Figueres como Cadaqués reivindican la atención de los visitantes mostrándoles parte de la vida y la obra de un genio de la pintura como es Salvador Dalí. Visitar el Teatro-Museo que lleva el nombre del artista o algunos de los espacios que frecuentó supone una buena manera de sumergirse en la mente de este gran talento de los pinceles.
Y es que, los diferentes pueblos que conforman esta zona de Cataluña pueden presumir de una riqueza paisajística casi exclusiva. Un enclave privilegiado en el que los parques naturales, las playas y las calas han conseguido conquistar a multitud de viajeros de todo el mundo, aumentando el interés turístico de esta franja del litoral catalán.
En la parte situada más al sur de la provincia de Gerona se encuentra la primera parada obligada para quienes quieran conocer paso a paso las riquezas de este lugar. Blanes o el Portal de la Costa Brava, como también es conocido este municipio, es uno de los destinos que más curiosidad despierta gracias a unas playas de gran calidad y alguna de las calas, como es el caso de Cala Bona, que figuran en la lista de las más valoradas de toda Europa.
Cultura, naturaleza y unas vistas privilegiadas que convierten a Blanes en un destino ideal
Son muchos los que no han dudado en hacer las maletas y, ya sea por turismo o para pasar periodos más largos, han apostado por buscar un piso en Blanes para exprimir al máximo esta zona bañada por el mar. Una oportunidad única de disfrutar de la riqueza de un paisaje de costa único, además de para ser testigo de una cita de lo más atractiva como es el certamen de castillos de fuegos artificiales, que cada mes de julio celebra la localidad y que con su siglo de historia es un evento reconocido internacionalmente.
Otro de los puntos clave de este escenario es el Jardín Botánico de Marimurtra, un bien de interés nacional localizado en la montaña y con unas vistas incomparables al mar, en el que se dan cita más de cuatro mil especies diferentes de la más variada flora mediterránea.
“El Jardín de Marimurtra en Blanes es un escenario de gran belleza en el que la naturaleza y el color verde contrasta con el azul intenso de unas vistas de impacto al mar”
Con cerca de 214 kilómetros de extensión, que se prolongan hasta la frontera con Francia, la Costa Brava encierra puntos de gran belleza para los espíritus más aventureros y amantes de la naturaleza. Se trata de un espacio con multitud de zonas verdes protegidas para conseguir que este legado natural siga pasando de generación en generación.
Calas de ensueño y espacios protegidos que convierten a la Costa Brava en un lugar único
Dentro de estos pulmones “verdes” destaca el Parque Natural del Cap de Creus, un espacio situado entre varios pueblos populares como Cadaqués o Roses, en los que la belleza del mar y las especies naturales reclaman su protagonismo a partes iguales. Se trata, además de dos pueblos de tradición marinera que han conseguido vencer la batalla al paso de los años sin perder un ápice de su atractivo.
“La riqueza de las calas y los fondos marinos de esta zona la convierten en todo un reclamo para los amantes del buceo y los deportes acuáticos”
Los amantes del buceo tienen, además la posibilidad de disfrutar al máximo de su afición en calas a las que solo es posible acceder en barco y algunas otras, que por sus particularidades no se pueden dejar de visitar como es el caso de la cala Portaló en Cadaqués.
Pero la Costa Brava va muchos más allá de sus encantos naturales y su gran oferta deportiva, dejando un lugar destacado para la cultura y la historia. Y es que tanto Figueres como Cadaqués reivindican la atención de los visitantes mostrándoles parte de la vida y la obra de un genio de la pintura como es Salvador Dalí. Visitar el Teatro-Museo que lleva el nombre del artista o algunos de los espacios que frecuentó supone una buena manera de sumergirse en la mente de este gran talento de los pinceles.